Aunque los expertos en informática empezaron a desarrollar videojuegos en la década de 1950, no se convirtieron en una forma de entretenimiento sino hasta finales de la década de los 70, y esto gracias a algunos acontecimientos importantes. Por ejemplo, el lanzamiento del juego japonés Pac-Man en Estados Unidos (1980) y la aparición del favorito de los fans, Mario, en el juego de Nintendo Donkey Kong (1981). En esta época y durante muchos años después, la música de los videojuegos consistía básicamente en efectos de sonido o en música muy sencilla. Sin embargo, a medida que la tecnología se avanzaba, también lo hacía la tecnología musical, cambiando así la música que se ponía en los videojuegos.
En los últimos años, la música de videojuegos se ha convertido en un género en sí misma y dejó de ser solo 'música de fondo' para acompañar a un videojuego. La música ambienta el juego y ayuda a los jugadores a sumergirse en él. La música (y los efectos sonoros) pueden alertar al jugador de algo importante y mantenerlo cautivado durante todo el juego. Esto se debe a que la música puede evocar emociones, lo que hace que el jugador se involucre más en el juego.
Hoy en día, muchos vendedores de videojuegos contratan a compositores famosos para que escriban la música de sus juegos. Se ha convertido en un auténtico oficio e incluso algunas piezas han sido premiadas. Algunos ejemplos de compositores de videojuegos famosos son Kondo Koji, Toby Fox y Nobuo Uematsu.
Desde The Legend of Zelda hasta Undertale, hay un sinfín de obras maestras musicales por descubrir en el género de los videojuegos. Nuestras partituras de videojuegos están disponibles en varios niveles de dificultad para varios instrumentos y puedes tocar en solista o acompañado por la orquesta.